miércoles, 21 de abril de 2010

Dilapidación de las reservas
Por Ma

Dilapidación de las reservas
Por Mauricio Pozo Crespo

Acaban de renunciar al Banco Central algunos funcionarios seguramente vinculados con las decisiones de traer del exterior cerca de $900 millones de las reservas internacionales y destinarlos para créditos a otorgarse a través de la banca pública. En más de 30 años de estar vinculado al estudio y seguimiento de temas macroeconómicos, no he conocido una decisión tan alejada de la técnica económica. Un real despropósito que atenta seriamente contra un eterno principio constitucional que expresa claramente la necesidad de preservar la seguridad de las reservas internacionales. Es inconcebible que se vulnere el principio universal vigente en todos los países del mundo de cómo deben administrarse las reservas.
Cuando había moneda nacional, lo que se llamaba la reserva monetaria internacional correspondía al patrimonio del Banco Central y servía, entre otros propósitos, para respaldar el dinero en circulación. No se podía emitir dinero, o era técnicamente equivocado, si la emisión monetaria iba más allá del respaldo en reservas internacionales. Una vez que el Ecuador dolarizó oficialmente la economía, la ahora llamada reserva internacional de libre disponibilidad constituye la caja o dinero depositado en el Banco Central por parte del Gobierno, de las entidades autónomas y gobiernos seccionales, de los bancos privados a través de las cuentas principalmente de encaje bancario y de la seguridad social, entre los principales depositantes.
Obviamente, en una economía dolarizada son también reservas las ubicadas por los depositantes privados en los bancos y por el dinero en circulación o en los bolsillos de los ciudadanos. Esta explicación evidencia que si la llamada reserva internacional de libre disponibilidad es utilizada para prestar dinero a través de la banca pública, lo que realmente se está haciendo es cambiar el concepto de reservas por créditos, pues ni los pagarés ni los documentos que respalden los préstamos podrán utilizarse si se los requiere en cualquier momento. ¿Acaso una baja del precio del petróleo, por ejemplo, va a suplirse con pagarés? ¿Van a pagar al exterior importaciones públicas o van a atender la deuda externa pública entregándoles estos documentos? O, si necesitan esos fondos, ¿van a declarar de plazo vencido los préstamos otorgados para poder recuperar la liquidez? No, señores.
Esa plata prestada ya dejará de ser reservas, será simplemente préstamos que ojalá algún día se recuperen, pues la banca pública es bastante mejor prestando que cobrando.
Se ha mencionado también que si estaba esa plata en el exterior financiando otras economías sin garantías cómo van a pedir garantías en el Ecuador. Otra barbaridad. ¿Cómo pueden comparar una inversión en, digamos, bonos del tesoro americano que tiene cero riesgo y es el papel más seguro del planeta, con un pagaré que respalde un préstamo a un cliente ecuatoriano? Esto debilita seriamente la dolarización, le deja casi sin reservas al país y, encima de todo, usa plata del IESS para prestar, pues esos depósitos son parte de la reserva.

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